Documento de I.e.s. Galileo Almeria sobre Historia de España 2º de Bachillerato. El Pdf detalla la crisis del sistema de la Restauración y la caída de la monarquía entre 1902 y 1931, incluyendo el reinado de Alfonso XIII y la dictadura de Primo de Rivera, útil para estudiantes universitarios de Historia.
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El inicio del reinado de Alfonso XIII en 1902 coincidió con una política revisionista tras la crisis de 1898 que propició la reforma del sistema canovista con influencia del pensamiento regeneracionista, siendo sus principales impulsores Antonio Maura y José Canalejas.
Desde el comienzo de su reinado, Alfonso XIII dio muestra de intervenir en la política, así como en el ejército. Desde 1902 se sucedieron dos décadas en donde se inició una etapa de inestabilidad interna en los partidos dinásticos, es decir, los conservadores y los liberales. Fue un periodo en el que las crisis ministeriales fueron continuas, la mayoría causadas por los conflictos entre el gobierno y el rey.
En el partido Conservador, después del asesinato de Cánovas y un breve mandato de Silvela se hizo cargo la figura de Antonio Maura, el cual impulsó un importante programa de renovación interna del partido y dirigió el gobierno de España entre 1903-1904, el conocido como el gobierno corto, y tres años después un nuevo periodo de gobierno, el gobierno largo, que duró entre 1907 y 1909. Su planteamiento se basa en una "revolución desde arriba" que modificara la vida política de España, pero controlada desde el gobierno.
Maura trató de conseguir un estado más eficaz mediante una serie de medidas como fueron:
Tras la muerte de Sagasta en 1903 el partido liberal eligió como nuevo líder a José Canalejas, que logró ser nombrado presidente de gobierno en 1910, sustituyendo a Maura. Canalejas apostó por una amplia renovación política, por atraer a ciertos sectores políticos como republicanos y socialistas, y por limitar el poder de la iglesia defendiendo la libertad de culto. Entre sus iniciativas se encuentran las siguientes:
Sin embargo, Canalejas acabó siendo asesinado en 1912, eso sumado a que Maura se apartó del poder temporalmente, finalizaron las posibilidades de reforma del sistema. Entre 1914 y 1917 se sucedieron gobiernos conservadores de Eduardo Dato y liberales del conde de Romanones, que solo consiguieron incrementar los conflictos en el parlamento, contribuyendo al fin del sistema canovista.
Durante estos años la oposición fue reforzándose respecto al periodo previo a la crisis del 98. Respecto a los republicanos, durante el reinado de Alfonso XIII fue la principal fuerza de oposición y su problema erala excesiva fragmentación en diversos grupos. En estos años nació la Unión Republicana liderada por Nicolás Salmerón y Alejandro Lerroux que consiguió ciertos éxitos electorales, pero acabó desapareciendo. Años más tarde Lerroux fundó el partido Radical que sería el más exitoso entre los republicanos.
Por su parte el nacionalismo también tuvo importantes éxitos, especialmente en dos territorios:
Los carlistas seguían teniendo cierta fuerza en zonas específicas como Cataluña o Navarra al mismo tiempo que sus partidos políticos cosechaban tímidos resultados electores.
Por último, tenemos el movimiento obrero que fue, junto a los republicanos, la oposición más fuerte al régimen de la restauración durante esta etapa. A comienzos del siglo XX el PSOE era todavía un partido político minoritario, aunque sus afiliados no paraban de crecer y poco a poco lograban ciertos concejales, entre ellos el propio Pablo Iglesias fundador del partido, y pequeñas victorias electorales.
A partir de entonces el partido no paro de crecer también en buena medida por la influencia que ejercía el sindicato de UGT o por la influencia de la Revolución comunista en Rusia, una vía revolucionaria que fue rechazada por la mayor parte de los líderes socialistas españoles lo que llevó a una escisión del PSOE y la fundación del partido comunista.
Respecto al anarquismo, en 1910 se fundó la Confederación Nacional del Trabajo (CNT), un sindicato anarquista que se presentaba como totalmente revolucionario utilizando la huelga como su principal herramienta política.
Entre 1902 y 1923 los distintos gobiernos conservadores y liberales tuvieron que enfrentarse a un número creciente de problemas que dispararon el clima de tensión social.
Tras la pérdida de los restos del imperio colonial español en el 98 España puso sus miras en Marruecos, esto se entiende teniendo en cuenta el escaso potencial militar y económico de nuestro país en comparación con el resto de potencias europeas.
En 1906 la conferencia de Algeciras estableció dos zonas de influencia en Marruecos, una francesa al sur y otra española al norte. El interés español en la zona obedeció a sus minas de hierro y a la oportunidad de recuperar el prestigio del ejército. Pronto comenzaron los problemas al ser atacados los obreros de las minas por las cabilas, es decir, tribus bereberes que habitaban el protectorado español y que se resistían al ejército de España.
La derrota española frente a las cabilas rifeñas en el Barranco del Lobo en el 1909 llevó al gobierno de España a movilizar a un buen número de reservistas. Se inició su movilización en el puerto de Barcelona, dicha movilización de reservistas provocó una huelga pacífica contra la intervención española en Marruecos, pero acabó transformándose en una revuelta popular conocida como la semana trágica de Barcelona.
El gobierno declaró el estado de guerra y dictaminó numerosas sentencias de muerte, entre ellas al anarquista Francisco Ferrer y Guardia que aparentemente no estuvo involucrado en los hechos de la semana trágica. La dura represión y la ejecución de Ferrer desataron una oleada de protestas a nivel nacional e internacional ante la que el rey disolvió las cortes y entregó el poder a los liberales.
Mientras en Marruecos, y pese a dichos hechos en Barcelona, España fue ocupando el territorio que le había sido asignado en la Conferencia de Algeciras. Pese a ello, para controlar el territorio era necesario cada vez más enviar a más soldados, hasta hubo que constituir un nuevo cuerpo en el ejército, la legión.
Todo parecía estar bajo control hasta 1921 en donde una operación militar mal planteada y ejecutada condujo al desastre de Annual en donde el líder rifeño Abd el- Krim desencadenó un ataque desde Alhucemas que hizo retirarse al ejército español, una retirada que acabó en desbandada y en 8000 muertos españoles dejando de nuevo en evidencia a España e iniciando un proceso de investigación para exigir responsabilidades por los hechos, el llamado informe Picasso que afectó incluso a altos cargos del país.
En 1914, además, estalló la Primera Guerra Mundial, momento en el que al frente del gobierno español estaba Eduardo Dato, el cual declaró la neutralidad española ante la imposibilidad de meternos en el conflicto. Pese a ello la sociedad española pronto se dividió entre los que apoyaban a Alemania y los imperios centrales y los que apoyaban a los aliados (Rusia, Inglaterra y Francia), algo que acentuó aún más las diferencias entre el partido conservador y liberal.
Pese a ello lo cierto es que la guerra significó una gran oportunidad para la economía española ya que se exportaban productos industriales y agrarios que necesitaban los países en conflicto.
El punto de inflexión que marcó el definitivo inicio de la decadencia del sistema de la restauración fue el año 1917 que estuvo caracterizado por conflictos sociales y políticos también en muchos países europeos.
Así, en 1917 las tensiones acumuladas estallaron en una grave crisis en la que intervinieron varias fuerzas:
El descontento militar se volvió a manifestar en la aparición de Juntas de Defensa que exigían una solución a los problemas de los bajos salarios y la eliminación de los ascensos por méritos de guerra. El gobierno se vio obligado en 1917 a legalizar la actividad de las juntas, demostrando otro fallo del sistema de la restauración, era evidente que los militares volvieron a la vida política.
Dato terminó ocupando militarmente Barcelona, mientras que Francesc Cambó, principal impulsor de la asamblea de parlamentarios y líder de la Lliga Regionalista, es decir, del principal partido político nacionalista catalán de estos momentos, se integró en el gobierno español.