La poesía a principios del siglo XX: Modernismo y Generación del 98

Documento de Universidad sobre la poesía a principios del siglo XX, Modernismo y Generación del 98. El Pdf, útil para estudiantes universitarios de Literatura, explora la crisis de fin de siglo, el Modernismo, y las figuras de Rubén Darío y Antonio Machado, analizando sus obras y elementos formales.

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LA POESÍA A PRINCIPIOS DEL SIGLO XX. MODERNISMO Y GENERACIÓN DEL 98. RUBÉN DARÍO Y ANTONIO MACHADO
1. LA CRISIS DE FIN DE SIGLO. POESÍA A PRINCIPIOS DEL S. XX.
El siglo XX se abre con la llamada “crisis de fin de siglo”. Este fenómeno histórico responde al
desengaño de la generación que empieza a surgir en ese momento. En el ámbito literario, en
parte por rechazo y en parte por cansancio de las fórmulas realistas, se produce en el último
tercio del siglo XIX una reacción de tipo idealista o posromántico que se caracteriza por los
siguientes rasgos:
Los escritores se rebelan contra los valores y costumbres burguesas y eligen un tipo de
vida más irregular y marginal.
Nace así la bohemia, un modo antiburgués de concebir la vida y el arte. La bohemia
ofrece dos caras: el dandismo (el artista se cree un genio, por encima del hombre burgués
al cual desprecia: Oscar Wilde, Baudelaire); y el malditismo (el artista se considera un
maldito, un ser que sufre el rechazo de sus semejantes por sus actitudes antisociales y
amorales: Rimbaud, Verlaine).
Los escritores consideran que el fin último del arte ha de ser la belleza, no la
reproducción de los aspectos grises de la realidad.
2. EL MODERNISMO.
El concepto de modernismo define no solo un movimiento literario, producido por la fusión de
diferentes literaturas europeas y americanas, sino también una nueva actitud ante la vida. Tiene
lugar una transformación radical en las letras que se inspira en la tradición romántica, simbolista y
parnasiana de la literatura francesa. Pero también se inspira en las literaturas estadounidense,
italiana, inglesa y española (Bécquer).
El Modernismo es un movimiento de ruptura con la estética de la época, que se manifiesta en
torno a 1880 hasta la Primera Guerra Mundial, y que enlaza con la crisis espiritual de fin de
siglo; surge en Hispanoamérica, primero en prosa y después en verso, encabezado por el cubano
José Martí, y, sobre todo, por el nicaragüense Rubén Darío. Máximas: la belleza y la perfección
formal de la obra de arte. El escritor tiene dos alternativas: crear un mundo imaginario y buscar
una respuesta en el interior. La primera opción da lugar al modernismo exótico; la segunda, al
modernismo intimista.
Modernismo exótico: sitúa la acción en espacios irreales y puebla los poemas de hadas,
ninfas, centauros, caballeros y princesas. Los modernistas se sienten atraídos por lo raro,
lo novedoso y por todo aquello que pueda aportar preciosismo y sensualidad a los
escritos: la India fantástica, la cultura griega, la historia antigua, el mundo caballeresco,
etc. Este afán de evasión, heredado de los románticos, les lleva también a reivindicar sus
orígenes. Se incorporan a los poemas los héroes, mitos y tradiciones de las culturas
precolombinas.
Modernismo intimista: es la respuesta del poeta a su melancolía, a sus preocupaciones
internas y a su angustia, que en algunas ocasiones, es casi existencial. El pesimismo, el
desencanto y la falta de una creencia religiosa firme afloran en numerosos poemas.
Ambos planos del Modernismo comparten las siguientes peculiaridades:
De los románticos adoptan el descontento ante la vida, el culto a la muerte, la soledad, la
melancolía, la nocturnidad, lo crepuscular, lo misterioso, la imaginación y la fantasía.
Del Parnasianismo: la búsqueda de la perfección formal, la evocación de la antigüedad
cultural, los mitos o el exotismo. También es parnasiana la idea del arte por el arte.
La idea de la sugestión y los efectos musicales (ritmo, rima interna, etc.) proceden del
Simbolismo, así como la concepción del poeta como un ser que puede captar un mundo
diferente y expresarlo a través de símbolos. Asimismo es de origen simbolista la idea de
la creación de una literatura para los sentidos.
La belleza modernista se consigue a través de las imágenes visuales, el color, la música y
los efectos sonoros, recursos heredados también del Simbolismo.
Metros preferidos: el alejandrino y el dodecasílabo. Y junto a la fidelidad a las estrofas
clásicas abundan las variantes (por ejemplo, un soneto en alejandrinos), y el verso libre.
Esta reacción de tipo idealista adquirió su máximo esplendor en Francia, donde dio lugar a dos
grandes movimientos poéticos, el Parnasianismo
1
y el Simbolismo
2
, que, abrieron las puertas de
la literatura a la modernidad. Sin embargo, en España el Modernismo fue menos brillante,
exótico y atrevido que en Hispanoamérica. Entre los modernistas españoles señalaremos a
Salvador Rueda y a Manuel Machado. Los grandes poetas de principios de siglo, Valle-Inclán,
Antonio Machado y Juan Ramón Jiménez, solo se sintieron atraídos por el Modernismo en sus
inicios. Posteriormente, evolucionaron a posturas más personales.
4. RUBÉN DARÍO (1867-1916)
Nombre completo: Félix Rubén García Sarmiento. Nació en Metapa, una pequeña localidad de
Nicaragua. Su familia paterna era conocida como “los Daríos”, por eso adopta ese apellido. Lector
y escritor precoz, comienza a escribir en el periódico con 14 años. Viaja constantemente:
Nicaragua, Chile, Argentina, Madrid, París… como corresponsal, y como diplomático. Su vida
personal se caracteriza por sus relaciones tormentosas con las mujeres y con el alcohol, que jamás
abandonará, hasta su muerte. El nicaragüense encabeza el movimiento de renovación poética de
finales de siglo que se conoce con el nombre de Modernismo. Fue su máximo difusor por Europa.
Sentía una fascinación especial por el mundo de la literatura francesa, fundamentalmente por las
corrientes literarias del Simbolismo y Parnasianismo. Sus obras más emblemáticas son:
Azul… (1888). Está considerada el paradigma de la estética modernista. El color azul,
símbolo del arte a finales de siglo, aparece de forma sistemática a lo largo del libro.
Prosas profanas (1896): constituye la culminación del Modernismo. Se encuentra aquí al
Rubén más novedoso, brillante, exótico y musical. En las composiciones finales se intuye
ya un cambio hacia una poesía de corte intimista.
Cantos de vida y esperanza (1905): la madurez le ha llevado a un tono melancólico y
existencial; su poesía se vuelve ahora reflexiva y grave.
5. PROSAS PROFANAS (1896)
Se considera el libro más importante del autor. La primera edición de la obra, es de diciembre de
1886 y se edita en Buenos Aires; constará de treinta y tres poemas. A esta edición le seguirá otra
en 1901, a la que se le añaden veintiún poemas más y apenas existen diferencias textuales entre
ambas. Temática y formalmente supone la confirmación poética del nicaragüense; la variedad
estrófica que presenta lo configura como su poemario más representativo y además, aparecen
algunas de las composiciones poéticas más conocidas del autor.
1
El Parnasianismo es un movimiento literario aparecido en Francia en torno a 1830. Sus máximos
representantes son Théophile Gautier y Leconte de Lisle. Se preocupan por la perfección formal y la
búsqueda de ambientes y temas exóticos.
2
El Simbolismo surge en Francia alrededor de 1870 como reacción al Parnasianismo. Para los simbolistas, la
poesía debe abrirse a los sentidos y debe crear un mundo dominado por la sugestión de las imágenes. La
musicalidad se convierte en uno de los pilares básicos de este movimiento. Sus representantes más
importantes fueron Beaudelaire, Verlaine y Mallarmé.

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La crisis de fin de siglo y la poesía del siglo XX

El siglo XX se abre con la llamada "crisis de fin de siglo". Este fenómeno histórico responde al desengaño de la generación que empieza a surgir en ese momento. En el ámbito literario, en parte por rechazo y en parte por cansancio de las fórmulas realistas, se produce en el último tercio del siglo XIX una reacción de tipo idealista o posromántico que se caracteriza por los siguientes rasgos:

  • Los escritores se rebelan contra los valores y costumbres burguesas y eligen un tipo de vida más irregular y marginal.
  • Nace así la bohemia, un modo antiburgués de concebir la vida y el arte. La bohemia ofrece dos caras: el dandismo (el artista se cree un genio, por encima del hombre burgués al cual desprecia: Oscar Wilde, Baudelaire); y el malditismo (el artista se considera un maldito, un ser que sufre el rechazo de sus semejantes por sus actitudes antisociales y amorales: Rimbaud, Verlaine).
  • Los escritores consideran que el fin último del arte ha de ser la belleza, no la reproducción de los aspectos grises de la realidad.

El Modernismo

El concepto de modernismo define no solo un movimiento literario, producido por la fusión de diferentes literaturas europeas y americanas, sino también una nueva actitud ante la vida. Tiene lugar una transformación radical en las letras que se inspira en la tradición romántica, simbolista y parnasiana de la literatura francesa. Pero también se inspira en las literaturas estadounidense, italiana, inglesa y española (Bécquer).

El Modernismo es un movimiento de ruptura con la estética de la época, que se manifiesta en torno a 1880 hasta la Primera Guerra Mundial, y que enlaza con la crisis espiritual de fin de siglo; surge en Hispanoamérica, primero en prosa y después en verso, encabezado por el cubano José Martí, y, sobre todo, por el nicaragüense Rubén Darío. Máximas: la belleza y la perfección formal de la obra de arte. El escritor tiene dos alternativas: crear un mundo imaginario y buscar una respuesta en el interior. La primera opción da lugar al modernismo exótico; la segunda, al modernismo intimista.

Modernismo exótico

sitúa la acción en espacios irreales y puebla los poemas de hadas, ninfas, centauros, caballeros y princesas. Los modernistas se sienten atraídos por lo raro, lo novedoso y por todo aquello que pueda aportar preciosismo y sensualidad a los escritos: la India fantástica, la cultura griega, la historia antigua, el mundo caballeresco, etc. Este afán de evasión, heredado de los románticos, les lleva también a reivindicar sus orígenes. Se incorporan a los poemas los héroes, mitos y tradiciones de las culturas precolombinas.

Modernismo intimista

es la respuesta del poeta a su melancolía, a sus preocupaciones internas y a su angustia, que en algunas ocasiones, es casi existencial. El pesimismo, el desencanto y la falta de una creencia religiosa firme afloran en numerosos poemas.

Ambos planos del Modernismo comparten las siguientes peculiaridades:

  • De los románticos adoptan el descontento ante la vida, el culto a la muerte, la soledad, la melancolía, la nocturnidad, lo crepuscular, lo misterioso, la imaginación y la fantasía.Del Parnasianismo: la búsqueda de la perfección formal, la evocación de la antigüedad cultural, los mitos o el exotismo. También es parnasiana la idea del arte por el arte.
  • La idea de la sugestión y los efectos musicales (ritmo, rima interna, etc.) proceden del Simbolismo, así como la concepción del poeta como un ser que puede captar un mundo diferente y expresarlo a través de símbolos. Asimismo es de origen simbolista la idea de la creación de una literatura para los sentidos.
  • La belleza modernista se consigue a través de las imágenes visuales, el color, la música y los efectos sonoros, recursos heredados también del Simbolismo.
  • Metros preferidos: el alejandrino y el dodecasílabo. Y junto a la fidelidad a las estrofas clásicas abundan las variantes (por ejemplo, un soneto en alejandrinos), y el verso libre.

Esta reacción de tipo idealista adquirió su máximo esplendor en Francia, donde dio lugar a dos grandes movimientos poéticos, el Parnasianismo1 y el Simbolismo2, que, abrieron las puertas de la literatura a la modernidad. Sin embargo, en España el Modernismo fue menos brillante, exótico y atrevido que en Hispanoamérica. Entre los modernistas españoles señalaremos a Salvador Rueda y a Manuel Machado. Los grandes poetas de principios de siglo, Valle-Inclán, Antonio Machado y Juan Ramón Jiménez, solo se sintieron atraídos por el Modernismo en sus inicios. Posteriormente, evolucionaron a posturas más personales.

Rubén Darío (1867-1916)

Nombre completo: Félix Rubén García Sarmiento. Nació en Metapa, una pequeña localidad de Nicaragua. Su familia paterna era conocida como "los Daríos", por eso adopta ese apellido. Lector y escritor precoz, comienza a escribir en el periódico con 14 años. Viaja constantemente: Nicaragua, Chile, Argentina, Madrid, París ... como corresponsal, y como diplomático. Su vida personal se caracteriza por sus relaciones tormentosas con las mujeres y con el alcohol, que jamás abandonará, hasta su muerte. El nicaragüense encabeza el movimiento de renovación poética de finales de siglo que se conoce con el nombre de Modernismo. Fue su máximo difusor por Europa. Sentía una fascinación especial por el mundo de la literatura francesa, fundamentalmente por las corrientes literarias del Simbolismo y Parnasianismo. Sus obras más emblemáticas son:

  • Azul ... (1888). Está considerada el paradigma de la estética modernista. El color azul, símbolo del arte a finales de siglo, aparece de forma sistemática a lo largo del libro.
  • Prosas profanas (1896): constituye la culminación del Modernismo. Se encuentra aquí al Rubén más novedoso, brillante, exótico y musical. En las composiciones finales se intuye ya un cambio hacia una poesía de corte intimista.
  • Cantos de vida y esperanza (1905): la madurez le ha llevado a un tono melancólico y existencial; su poesía se vuelve ahora reflexiva y grave.

Prosas Profanas (1896)

Se considera el libro más importante del autor. La primera edición de la obra, es de diciembre de 1886 y se edita en Buenos Aires; constará de treinta y tres poemas. A esta edición le seguirá otra en 1901, a la que se le añaden veintiún poemas más y apenas existen diferencias textuales entre ambas. Temática y formalmente supone la confirmación poética del nicaragüense; la variedad estrófica que presenta lo configura como su poemario más representativo y además, aparecen algunas de las composiciones poéticas más conocidas del autor.

Temas de Prosas Profanas

  • La búsqueda de la belleza y la perfección artística. La búsqueda de la belleza es una verdadera obsesión por parte del autor. El poeta aborda este concepto de manera casi mística: la belleza artística se convierte en un medio para la superación de la realidad. En varios pasajes, se destaca cómo el arte y la poesía se constituyen como un refugio ante la vulgaridad y la mediocridad del mundo. Asimismo, incorpora la idea de que el poeta es un elegido, alguien que, a través de esa belleza, puede trascender la temporalidad.
  • La sensualidad y el deseo. En varios de los textos de Prosas Profanas, Rubén Darío explora de manera abierta la sensualidad, la pasión y el deseo. Estos aspectos no se manifiestan de manera cruda o explícita, sino de forma sutil y refinada, algo característico del Modernismo. La sensualidad, para Darío, no solo se refiere al deseo físico, sino también a una búsqueda sensorial, a una apreciación del mundo a través de los sentidos. En muchos de sus poemas Rubén Darío presenta a la mujer como una figura casi mítica, una representación de la belleza en su máxima expresión, a veces elevada a la categoría de diosa o musa inspiradora.
  • La melancolía y la búsqueda existencial. Este tono de tristeza o melancolía surge de la percepción de la fugacidad de la vida, el paso inexorable del tiempo y la conciencia de la mortalidad. El poeta, a lo largo de la obra, se enfrenta a la contradicción de la belleza eterna en el arte, frente a la impermanencia de la vida humana. En Prosas Profanas, el ser humano se enfrenta a la pregunta sobre su destino, y el arte parece ser su única respuesta posible a la angustia existencial.
  • La crítica a la realidad y la sociedad de su época. Aunque no aborda la crítica social de forma tan directa como otros autores de su tiempo, sí presenta una crítica implícita a la sociedad burguesa y conservadora de fin de siglo, especialmente a través de sus preocupaciones sobre el arte y la literatura. Se enfrenta, además, a la decadencia de las formas literarias tradicionales, ya que propugna una literatura más libre, creativa y abierta a la experimentación.
  • El exotismo y la fascinación por lo lejano, especialmente por las culturas orientales y exóticas. La fascinación por el lejano Oriente, con su magia, sus dioses, sus paisajes misteriosos y su espiritualidad, es un claro ejemplo de esta tendencia. Incorpora en su poesía símbolos y mitos orientales, fusionándolos con elementos de la cultura clásica y occidental. Esta escapatoria a lo exótico responde al deseo de liberarse de las limitaciones del presente y de la realidad cotidiana, buscando una existencia más elevada y rica en matices, donde lo imposible y lo imaginado tienen cabida.
  • El simbolismo y la musicalidad del lenguaje. El nicaragüense juega con los sonidos, las imágenes sensoriales y las sensaciones para crear una atmósfera única, especialmente a través de recursos como la metáfora, la hipérbole, el ritmo y el colorido. El simbolismo en esta obra busca transmitir la emoción o la idea subyacente. Cada palabra está cargada de significados múltiples, y las imágenes poéticas pueden ser interpretadas de distintas maneras, lo que otorga a los textos una riqueza interpretativa única. La musicalidad, además, se convierte en un eje fundamental. Es común encontrar en la obra repeticiones sonoras, anáforas, paralelismos, es decir, una sensación de fluir continuo.

Elementos formales de Prosas Profanas

Estructura. Está compuesto por un prólogo, "Palabras liminares", y cuatro secciones con sus nombres correspondientes:

  • "Prosas profanas", con dieciocho poemas, a la que sigue otro poema que no está en ninguna sección el "Coloquio de los centauros".
  • "Varia", que aglutina nueve poemas.
  • "Verlaine", que incluye otros dos poemas.

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