Documento de Universidad sobre Tendencias de los modelos tributarios, críticas y propuestas de reformas fiscales. El Pdf analiza las tendencias actuales de los modelos tributarios, las críticas a los sistemas vigentes y las propuestas de reformas fiscales en Economía para el ámbito universitario.
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TEMA 10, BLOQUE II, A1 Tema 10. Tendencias de los modelos tributarios. Las críticas a los modelos vigentes. Las nuevas figuras impositivas: los impuestos de ordenación, los impuestos ecológicos y la tasa sobre transacciones financieras. Las propuestas de reformas fiscales. TENDENCIAS ACTUALES DE LOS MODELOS TRIBUTARIOS. La evolución de los sistemas tributarios ofrece en la mayor parte de los países desarrollados rasgos muy comunes, debido a que en todos ellos se ha producido un crecimiento económico de características muy similares: gran auge de la industria manufacturera y de servicios y pérdida de peso relativo del trabajo artesanal y agrícola; la propiedad de activos financieros se ha generalizado, y gran parte de la población materializa una porción de ahorro considerable en propiedad residencial urbana y en planes de pensiones y jubilación; asimismo, la producción masiva de bienes y servicios y, por tanto, la multiplicación de la renta, el desarrollo de las comunicaciones y del transporte, inducen un crecimiento notable del tráfico nacional e internacional de mercancías y el desarrollo de grupos de empresas, temporales o permanentes, multiplicando asimismo la base sobre la que se aplican los impuestos y la complejidad de los sistemas tributarios. La extraordinaria liberalización del mercado de capitales a nivel internacional, si bien facilita la localización de este en los puntos y actividades de mayor retorno, provoca también fuertes movimientos especulativos y de desestabilización de los tipos de cambio que inducen desequilibrios presupuestarios, por una parte, y par otra, dificultan el control sobre las rentas y plusvalías obtenidas en este tipo de operaciones. La similitud de este proceso y la necesidad paralela de financiación de un Estado, cuya participación en la economía ha sido creciente, configuran una financiación del Sector Público, en los países desarrollados, mayoritariamente basada en los siguientes impuestos:
El carácter principal o complementario se estima sigue un doble criterio: su capacidad recaudatoria, con diferencias notables entre países y en distintos periodos para un mismo territorio; su capacidad para perfeccionar ciertos elementos de otro impuesto que por su naturaleza y estructura no puede incidir en todos los aspectos relevantes de la imposición: equidad, carácter redistributivo y asignativo, y eficiencia. El impuesto sobre la riqueza (que adquiere modalidades muy diversas según los países) complementa al impuesto sobre los ingresos al gravar rentas latentes que el Impuesto sobre la Renta no puede contemplar, per otra parte añade progresividad al sistema tributario incidiendo en el aspecto equitativo del mismo y, por último, añade elementos de información que sirven para controlar la evasión, dificultando la ocultación de rentas. Consideraciones similares pueden hacerse sobre el Impuesto de Sucesiones y Donaciones y sobre el de Transmisiones Patrimoniales, que actúan bien como complementarios de impuestos directos o de impuestos indirectos, en alguno o en todos los aspectos reseñados, y potencian el control de la Administración. Los Impuestos Especiales sobre consumos específicos discriminan a algunos bienes, por razones sociales (bebidas, juego, tabaco, gasolina, energía), con lo que logran una asignación alas correcta de los costes sociales al gravar consumos que ofrecen externalidades negativas; por razones redistributivas (bienes de lujo) o a causa de eficiencia (sujeción a gravamen de ciertos bienes sustitutivos entre si o complementarios de alguno poco deseable). Los impuestos a la importación pretenden la protección de los productos internos frente a los externos. Los ingresos quo se obtienen por estos conceptos son muy altos en todos los países, alcanzando para los de la Unión Europea una recaudación próxima al 5 % del PIB. Página 1 de 10TEMA 10, BLOQUE II, A1 La aproximación de los sistemas fiscales es ya una realidad a nivel de Unión Europea, y se encuentra muy avanzado en los países de la OCDE. La existencia del IVA en todos los países de la Unión Europea y el protagonismo recaudatorio de los impuestos personales, muy similares en su estructura, definición de la base imponible, deducciones y bonificaciones, así como en sus cifras de recaudación, son una prueba inequívoca de este proceso, sin desconocer las diferencias quo todavía subsisten. A modo de resumen podemos distinguir los siguientes rasgos básicos: predominio de la imposición directa mediante su figura principal, el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas; escasa importancia relativa de la imposición sobre el beneficio de las sociedades. Gran peso de la recaudación par contribuciones a los sistemas de la seguridad social; importancia creciente de la imposición indirecta a troves de sus principales modalidades, el Impuesto sobre el Valor Añadido o el Impuesto general sobre las ventas.
LAS CRITICAS A LOS MODELOS VIGENTES. Cualquier análisis de incidencia económica del fenómeno tributario debería incluir el de los efectos del gasto público financiado con los mismos, ya que estamos interesados en los efectos globales de la actividad del Sector Público y no en los efectos parciales de cada política. Así, los costes inevitables que la existencia del fenómeno tributario introduce en la economía deben ser comparados con los beneficios del gasto público en inversión, consumo y actividades de redistribución. No obstante, el modelo analítico tradicionalmente seguido consiste en suponer que la recaudación a obtener depende de un nivel de gasto que se supone eficiente. El problema que la política tributaria debe resolver es el de diseñar una estructura tributaria que minimice las pérdidas de bienestar, los costes de administración y cumplimiento, las perdidas recaudatorias per fraude, e incentive la productividad, el empleo y el crecimiento. Las criticas actuales a los sistemas tributarios se presentan en diversas dimensiones, aunque podemos clasificarlas en: críticas respecto at funcionamiento de la economía, criticas referentes a la equidad y críticas a la administración de los tributes y a sus costes de administración y cumplimiento.
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En Teoría de la Hacienda Pública, los distintos impuestos se estudian desde la perspectiva: de la distorsión que pueden introducir en el mercado de productos y factores y de la perdida de bienestar social que generan; de la incidencia que tienen para la oferta de trabajo y para el incremento del esfuerzo laboral; del efecto quo tienen sobre el ahorro y, por tanto, sobre el ritmo de inversión y la tasa de acumulación de capital y sobre el crecimiento a largo plazo de la economía. Aunque la evidencia empírica dista mucho de ser concluyente y los experimentos efectuados presentan problemas de diseño y metodología casi insalvables que afectan a los resultados, los modelos teóricos han afinado considerablemente en la comprensión de la incidencia de cada tributo en particular y de la estructura tributaria en general, sobre el comportamiento de los agentes económicos y por tanto sobre las variables macroeconómicas, sirviendo de modelo científico para orientar el sentido de las reformas fiscales.
A) Impuesto sobre los salarios y la renta. El efecto final de un impuesto sobre los salarios es incierto respecto a la oferta de trabajo. La disminución de renta experimentada supondrá un incentivo para recuperarla y, por consiguiente, desarrollar un esfuerzo laboral mayor (efecto renta). Pero los menores salarios constituyen un desincentivo at esfuerzo (efecto sustitución de trabajo por ocio y por otras actividades no observables), por lo que la acción conjunta de ambos factores es de difícil determinación. Por otra parte, la inexistencia de uniformidad en el mercado de trabajo se traduce en que las elasticidades de oferta de trabajo respecto a las rentas salariales sean muy distintas para cada sector y grupo profesional. Al set el impuesto sobre la renta salarial un impuesto general, no tiene en cuenta estas diferencias, por lo que es muy posible que los movimientos favorables en un sector se compensen con movimientos de signo opuesto en otro. La dificultad de proporcionar una definición precisa de esfuerzo laboral es un problema añadido. Se puede ofertar más esfuerzo laboral trabajando más horas, pero también trabajando las mismas e incluso menos horas con mayor precisión, incrementos de productividad. Parece que la existencia de ciertos beneficios sociales (ayudas en especie y subsidios) desincentiva, en determinados intervalos de renta, la propensión a trabajar, ya que la renta diferencial que obtendrían trabajando sería muy escasa e incluso podría llegar a ser negativa, ya que al pasar de escalón de renta pierde la titularidad de ciertos beneficios sociales. Los escalones superiores de renta (ejecutivos, por ejemplo) ante tipos marginales altos tenderán a sustituir esfuerzo laboral por ocio, pues su oferta de trabajo, a partir de ciertos niveles de renta, disminuye aun en presencia de incrementos salariales -curva de oferta de trabajo de pendiente negativa en ese tramo -; con mucha mayor razón, si los impuestos son progresivos. Pero existen otros elementos cuya incidencia es muy relevante. Si el nivel de jubilación o de rentas e indemnizaciones en caso de accidentes o muerte es muy bajo, es de esperar que el esfuerzo laboral aumente cuando los impuestos sobre las rentas salariales sufren un incremento. Esto es debido a que el efecto renta superara, con creces a cualquier otro efecto, ya que el trabajador tratara de aumentar su nivel de ahorro, y así su riqueza, para hacer frente a estas contingencias. Así pues, resulta necesario incorporar a los modelos datos sobre la riqueza de los individuos y de las rentas esperadas al final de su vida laboral para tratar de obtener conclusiones más precisas. El efecto de un impuesto general, en el que no solamente se gravan las rentas salariales, sino el conjunto, parece fortalecer los argumentos relacionados con el efecto renta, por lo que constituirían un incentivo al esfuerzo laboral. Sin embargo, la imposición de fuentes de renta ajenas al trabajo puede tener efectos negativos sobre el ahorro. El Impuesto sobre la Renta es el más idóneo para incorporar elementos de progresividad. Debido a ello, en la mayoría de los países existe una escala marginal progresiva, cuyos topes máximos son de alrededor del 50 %. La contradicción entre estos elevados tipos y la oferta de trabajo (los tipos elevados inducirían a una sustitución del trabajo ofrecido per ocio o por actividades de trabajo doméstico, que son difíciles de observar y por tanto de someter a imposición), que se desprende del análisis teórico, es uno de los argumentos fundamentales en favor de la reducción general de tipos, tanto marginales come medios y la reducción del número de tramos impositivos. La pérdida de recaudación que se experimentaría podría compensarse mediante la ampliación de las bases y la eliminación del fraude asociado con el rechazo a tipos marginales excesivos. Página 3 de 10