Documento de Universidad sobre Estilo de vida como determinante de salud: hábitos saludables y no saludables. El Pdf aborda la dieta equilibrada, actividad física, tabaquismo, consumo de alcohol y adicciones, temas clave en Ciencias para comprender los factores que influyen en la salud.
Ver más8 páginas


Visualiza gratis el PDF completo
Regístrate para acceder al documento completo y transformarlo con la IA.
MÓDULO 4 Estilo de vida como determinante de salud: hábitos saludables y no saludables. Índice: Dieta equilibrada. Actividad física. Tabaquismo. Consumo de alcohol. Adicciones. Datos de consumo.
Según la OMS "El estilo de vida de una persona está compuesto por sus reacciones habituales y por las pautas de conducta que ha desarrollado durante sus procesos de socialización. Estas pautas se aprenden en la relación con los padres, compañeros, amigos y hermanos y por la influencia de la escuela, medios de comunicación, etc. Dichas pautas de comportamiento son interpretadas y puestas a prueba continuamente en las diversas situaciones sociales y por tanto no son fijas, sino que están sujetas a modificaciones".
El estilo de vida está determinado por 4 factores que interaccionan entre sí:
Un estilo de vida saludable está formado por patrones conductuales beneficiosos para la salud que son aprendidos y surgen de una elección individual interna que en parte es consciente (ya que el individuo escoge entre una amplia gama de conductas disponibles en su ambiente social) y en parte inconsciente (las condiciones sociales y ambientales, que no se eligen, influyen en la elección).
No todo lo que hace una persona forma parte de su estilo de vida. Para que se considere estilo de vida debe tener carácter conductual y observable (las actitudes, los valores y motivaciones no son estilo de vida, aunque influyen en él) y debe persistir en el tiempo, es decir, constituir un hábito.
Frecuentemente se producen asociaciones consistentes entre conductas afines, por ejemplo, conducción temeraria con consumo de sustancias, consumo de alcohol y práctica de sexo no seguro, etc.
Los principales hábitos relacionados con la salud son la dieta, la actividad física/sedentarismo, el tabaquismo, el consumo de alcohol y otras sustancias, el abuso o mal uso de medicamentos (ansiolíticos, estupefacientes, etc.) y la práctica de conductas de riesgo (conducción peligrosa, no utilizar medios de protección, conducta sexual de riesgo etc.).
Consiste en la ingesta de alimentos variados y en cantidades adaptadas a nuestros requerimientos y condiciones personales según la edad, el sexo y la actividad física que se realice. Todos los alimentos cumplen como mínimo una función principal que es:
El Modelo de plato único saludable es una herramienta muy útil a la hora de confeccionar un menú diario o semanal, individual o colectivo. La composición del plato único es:
Postre: fruta fresca de temporada
El Sistema NOVA de clasificación de alimentos según su grado de procesamiento (FAO/OMS), clasifica a los alimentos en 4 grupos según su grado de procesamiento:
Numerosos estudios muestran una correlación entre el consumo de comida ultra procesada y el incremento del riesgo de desarrollar un cáncer. La propuesta de este sistema para una dieta saludable es que los alimentos del grupo 1, especialmente los vegetales, sean la base de la alimentación, utilizar en pequeña medida los ingredientes del grupo 2, solo para condimentar los del grupo 1, reducir el consumo de alimentos del grupo 3 y cuando se consuman hacerlo combinados con los del grupo 1 y prescindir de alimentos del grupo 4.
Las Recomendaciones de actividad física para la salud y reducción del sedentarismo del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, son un mínimo necesario de actividad física para que sea beneficiosa para la salud. En dichas recomendaciones se establece que, si esta actividad física se realiza en mayor cantidad, el beneficio es mayor. Las recomendaciones son diferentes para cada grupo etario:
El consumo de tabaco está asociado a los siguientes problemas de salud:
Los factores que determinan la iniciación del hábito son sociales (imitación de conductas aceptadas socialmente, deseo de pertenencia a un grupo (sobre todo en la adolescencia), copia del modelo familiar, falta de asertividad, disponibilidad en el entorno, etc.) y personales (creencias, valores y actitudes, efectos psicológicos y fisiológicos de los primeros cigarros, edad y sexo, grado de autoestima y autoeficacia, etc.).
Por otra parte, los factores implicados en el mantenimiento y consolidación del consumo son los propios efectos de la nicotina (efecto sedante/estimulante, reducción del efecto negativo de la abstinencia, asociación a estímulos externos (café, alcohol, charla, diversión) o asociación a estímulos internos: necesidad de repetir un ritual) y factores de personalidad (dificultad en el control de impulsos, baja tolerancia a la frustración o necesidad poco madura de placer y bienestar).
La adolescencia temprana y media (11- 15 años) es la etapa clave en la adquisición del hábito tabáquico. Por encima de los 18 años apenas existe incremento en la incidencia de nuevos fumadores. Las principales razones que dan los adolescentes para el inicio del hábito son el sentido de pertenencia al grupo y la rebelión contra los padres, la escuela o la sociedad.