Documento de Universidad sobre Desarrollo Moral y Sexual. El Pdf, un apunte de Psicología, explora el concepto de moralidad y su desarrollo infantil, presentando teorías como la del aprendizaje social y la psicoanalítica. Describe las fases del desarrollo psicosexual y la importancia de la educación sexual infantil.
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El infante nace sin ningún tipo de sentido moral, sino que este se desarrolla en ciertas fases que son similares y secuenciales para todos los seres humanos. A su vez, esta conducta moral se ve influenciada directamente por los agentes socializadores, sobre todo, por la familia. Asimismo, se puede definir la moralidad como el conjunto de valores que rigen el comportamiento humano y la posibilidad de distinguir entre el bien y el mal. El desarrollo moral suele situar su inicio en la edad preescolar.
Los principales componentes en la comprensión moral del infante son:
La conquista de valores morales se da al inicio de la infancia, aunque es difícil establecer a qué edad el niño preescolar es capaz de adquirir la concepción de diferenciar el bien del mal. Sin embargo, el desarrollo del sentido moral es fruto de varios factores interrelacionados como son los siguientes:
Algunos de los científicos y psicólogos anteriormente expuestos también han focalizado parte de sus teorías a formular una explicación ante el desarrollo de un concepto tan abstracto y tan humano como la moralidad.
De forma resumida, los principales planteamientos que han nutrido este ámbito son los siguientes:
Página 1 de 10. Teoría Vygotskiana. El psicólogo ruso expone el desarrollo moral como una construcción sociocultural. Por lo tanto, hasta que el infante no llega a la edad escolar, respeta la heteronomía moral, un conjunto de reglas absolutas, inflexibles e inmodificables que son impuestas por el adulto. Con este realismo moral, el niño cree que, si desobedece una regla, debe sufrir un castigo o recibir una justicia inmanente.
Sin embargo, no todo sujeto que avanza cronológicamente adelanta sobre estos estadios. Es necesario superar con éxito ciertos obstáculos, como abandonar la posición egocéntrica.
Los primeros sentimientos morales aparecen durante la etapa preescolar. De hecho, surgen del
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La heteronomía conduce el preescolar a una estructura sistemática y preoperatoria, desde su punto de vista cognitivo y relacional, hasta su proceso de socialización.
Dicha estructura sistemática remite al realismo moral, con el que el infante entiende que las obligaciones y los valores están determinados por los adultos, independientemente de las intenciones y de las relaciones.
Ante los ojos del niño y su inmadura autonomía física y cognitiva, el poder superior del progenitor o maestro supone un "yo ideal" al que no puede acceder inmediatamente. Así, dichas figuras son referentes de conciencia moral que establecen consignas y el pequeño las acepta para imitarlos.
Por este motivo, los padres son fundamentales en el desarrollo moral del menor, porque desde su nacimiento este percibe constantemente su comportamiento. A medida que el niño crece, el rol de la escuela infantil y el tiempo que pasa en ella, hace que también adquiera importancia en este desarrollo.
De esta forma, hasta alrededor de los 7 años, el infante preescolar identifica la figura adulta y autoritaria con el respeto. Esta consideración se compone simultaneamente de dos aspectos:
Ambos llevan al infante a una situación inferior respecto a la superioridad del adulto, porque no sabe que es un acto justo ni por que debe, o no, realizar la acción ordenada. El respeto basta para que obedezca a la ley del padre, es decir, aquellas normas y reglas que se le imponen para evitar el castigo.
En este sentido, es importante que la educación infantil promueva una mínima opresión del adulto, tanto en la escuela como en el hogar. De esta forma, se favorece el progreso intelectual y afectivo y, en consecuencia, la construcción de una personalidad moral autónoma e independiente.
Esta educación se basa en la toma de decisiones y en las relaciones cooperativas, respetuosas
Página 3 de 10y recíprocas, como condiciones ideales para que el preescolar se libere de la sumisión y del respeto unilateral del adulto. Si padres e hijos viven en este ambiente democrático y reflexivo, alcanzarán la autonomía moral.
De forma paralela, el pequeño inicia su descentracion moral a medida que interactúa con sus semejantes y experimenta nuevas formas de intercambio social, proveídas socialmente durante la etapa infantil.
Dicho de otra manera, cuando el niño experimenta la relación de paridad durante la interacción, se involucra en actos de cooperación y reciprocidad que le revelan la existencia de nuevas perspectivas, además de la propia. Conforme va actuando, comprende al otro y adquiere reversibilidad.
Asimismo, conviene subrayar que de la interacción nace un respeto entre iguales, diferente del autoritarismo adulto. Se trata del respeto mutuo o ética , en que todos los niños tienen los mismos derechos y ninguno debe subordinarse al mandato de otro. Con este aprendizaje, se accede a la autonomía moral.
De hecho, el acceso a la moralidad se da en un contexto social, ya que su evolución se equipara con el camino hacia la prosocialidad, que consiste en los actos voluntarios realizados para producir un resultado positivo en otros sin que exista un beneficio inmediato. Y, para ello, es necesaria la empatía y la educación.
Por lo tanto, la ética de la comunidad y de los agentes sociales presentes en la infancia, también estimulan la futura toma de decisiones del niño. Y, como resultado, la etapa infantil alberga mucha responsabilidad por ser el primer paso hacia el sentimiento del "ser digno de ser".
La sexualidad es un conjunto de manifestaciones fisiológicas, anatómicas, psicológicas, afectivas y sociales que configuran el ser humano.
El concepto de sexo se refiere a las características biológicas que definen a los seres humanos como hombre o mujer. Las diferencias de sexo aluden a las distinciones existentes entre los varones y las hembras, fruto de las influencias biológicas.
La identidad sexual es la percepción individual y la propia conciencia de ser hombre o mujer. Se desarrolla en los primeros años de vida y, generalmente, se establece a los 3 años de edad.
Por norma general, en la mayoría de las sociedades se ha extendido la idea de que la sexualidad se manifiesta a partir de la vida adulta. Por lo que, pese a nacer y vivir con un sexo, el ser humano se considera asexual durante la etapa infantil.
No obstante, es el psicoanálisis, con Freud como punta de lanza, el que plantea que la sexualidad aparece desde el nacimiento y esta se relaciona con diferentes zonas corporales durante las etapas de la infancia. Así, la sexualidad genital madura es el resultado de un desarrollo sexual infantil: la pregenitalidad.
La teoría freudiana basa su sentido en que ciertas zonas corporales están dotadas de una energía que busca el placer, la libido, puesto que proporciona gratificaciones al bebé mediante
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